14 de Septiembre, 2007
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Letras de Dile al sol |
El 28.
Llega tarde el 28 y nerviosa miro el reloj, la lluvia, conmigo empieza un día de pleno sol. Tututututu. A lo lejos aparece el recuerdo de un amor, no me ve, camina ausente hace mucho que pasó, y empecé a recordar.
Y pasé por mi mente y encontré aquel rincón que te dejé, donde guardo los momentos que no olvidé.
Revivo aquella noche en que olvidamos lo demás, el cielo se volvió rojo, al sol vimos bostezar, tututututu. Se ha perdido entre la gente, me he perdido yo también, ya se ha ido el 28, la memoria de un ayer, y empecé a recordar.
Y pasé por mi mente y encontré aquel rincón que te dejé, donde guardo los momentos que no olvidé.
En fin, quiero saber si tú también recuerdas algo de aquel café, espero a veces si entender por qué.
Y pasé por mi mente y encontré aquel rincón que te dejé, donde guardo los momentos que no olvidé.
Cuéntame al oído
Cuéntame al oído, muy despacio y muy bajito por qué tiene tanta luz este día tan sombrío.
Cuéntame al oído, si es enserio eso que ha dicho, o son frases disfrazadas esperando sólo un guiño.
Cuéntame, cuéntame.
El cielo acostado, detuvo el tiempo en el beso y ese beso a mí en el tiempo. El cielo acostado, detuvo el tiempo en el beso y ese beso a mí en el tiempo.
Cuéntame al oído, a qué sabe ese momento, dónde quedan hoy los días en que aquello era un sueño.
Cuéntame al oído, dónde duermen hoy tus miedos, si aún guardas sus caricias en la caja del recuerdo.
Cuéntame, cuéntame.
El cielo acostado, detuvo el tiempo en el beso y ese beso a mí en el tiempo. El cielo acostado, detuvo el tiempo en el beso y ese beso a mí en el tiempo.
Pesadilla.
Corre déjalo atrás, no busques la razón, el miedo no acepta excusas, no tiene compasión.
No dejes que te atrape a ti, huye de esta ilusión.
Cuando una pesadilla te atrapa, la maldad, te cubre con su manto negro y te arrastra sin parar.
No dejes que te atrape a ti, huye de esta ilusión.
Despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión. Despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión.
Es tan frío ese sudor que te llega a recorrer todo el cuerpo mientras duermes, mientras piensas en volver.
Escúchalo, lo oirás llegar, te intentará engañar.
Sientes que tu alma vuelve a visitar esa cama que dejaste anoche sin avisar.
Escúchalo, lo oirás llegar, te intentará engañar.
Despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión. Despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión.
No, no es verdad, todo es un sueño, pero es real. Dímelo tú, reina del mal, cuándo voy, yo... ¡Yo voy a despertar!
Y despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión. Despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión.
Despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión. Despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión.
La estrella y la luna.
Cuenta un sabio de hoy que una estrella fugaz en el cielo azul tapaba al astro lunar.
Era tal el candor que desprendía al volar, que la luna no... no dejaba de llorar
¡No dejaba de llorar!
De envidia la luna lloraba al mirar como a la estrella la querían más. Eran sus ojos capaces de amar, por eso la luna, la quería apagar.
Un hechizo lunar, provocó una ola en el mar con una cruel intención: borrar la huella estelar.
Pero el mar dejó que la ola chocara con... con el viento y así no dañar su corazón
¡No dañar su corazón!
De envidia la luna lloraba al mirar como a la estrella la querían más. Eran sus ojos capaces de amar, por eso la luna, la quería apagar.
¡Apagar! ¡Apagar! ¡Apagar!
De envidia la luna lloraba al mirar como a la estrella la querían más. Eran sus ojos capaces de amar, por eso la luna, la quería apagar.
De envidia la luna lloraba al mirar como a la estrella la querían más. Eran sus ojos capaces de amar, por eso la luna, la quería apagar.
Viejo cuento.
Comenzó meciéndonos el mar, el mundo dormía ahora, en un banco encontré el cuento, con que el que ríes amas y lloras...
Todos estos fríos años, al abrigo de un saludo, creíamos en algo raro, que aún hoy descansa mudo...
que aún hoy descansa ¡Descansa mudo!
La silueta que el sol dibujó, trajo un vacío de sombras. La silueta que el sol dibujó nos descubrió tantas cosas.
Pero este viejo cuento, tiene una hoja en blanco, esa que habla de ti, la que te hace llorar tanto...
la que te hace ¡Llorar tanto!
La silueta que el sol dibujó, trajo un vacío de sombras. La silueta que el sol dibujó nos descubrió tantas cosas.
La silueta que el sol dibujó, trajo un vacío de sombras. Y al regreso de las flores, yo, mi calma dejó de estar sola.
Dos cristales.
Existen dos cristales para descubrir el mundo, existen siempre mil males que son buenos para el zurdo.
Personas que desean que el cosmos se haga normal, personas que imploran que no lo sea ya.
Ilusos que hoy arrojan a las fuentes sus monedas, realistas que no dudan en mojarse y cogerlas.
Por eso yo te digo que hay dos tipos de dialectos, que hay dos tipos de secretos, fundidos en uno mismo.
No es fácil elegir, dos mil formas de sentir, dos mil formas de vivir. Tendrás que aprender a escuchar al duende que está ahí, en ti.
Tenemos dos mitades separadas por un hilo y ese hilo por su parte, mil cantones divididos.
Buscamos insaciables lo sincero de nosotros, la fracción incorruptible, lo que es sólido en todos.
El átomo que diga que tiremos las monedas a esa fuente cristalina, donde el cosmos se genera.
Por eso yo te digo que hay dos tipos de dialectos, que hay dos tipos de secretos, fundidos en uno mismo.
No es fácil elegir, dos mil formas de sentir, dos mil formas de vivir. Tendrás que aprender a escuchar al duende que está ahí, en ti.
No es fácil elegir, dos mil formas de sentir, dos mil formas de vivir. Tendrás que aprender a escuchar al duende que está ahí, en ti.
No es fácil elegir, dos mil formas de sentir, dos mil formas de vivir. Tendrás que aprender a escuchar al duende que está ahí, en ti.
Lloran piedras.
Detengo los barcos de papel, el viento se asoma de puntillas, te asesino con un beso y se descubre el crimen. Pido el carnet a las colillas, apago los ojos de los gatos.
El atardecer, sentado en mis rodillas, se come una naranja. Galopan mis días, perdidos de ayer, mis días de hoy duermen.
El atardecer, sentado en mis rodillas, se come una naranja. Galopan mis días, perdidos de ayer, mis días de hoy duermen.
Madruga la muerte hambrienta y desayuna a cuatro o cinco. Y sé que estoy, estoy ahí, yo estoy en esa lista. El abuelo se duerme en el sillón, su nieto le mira y se ríe.
El atardecer, sentado en mis rodillas, se come una naranja. Galopan mis días, perdidos de ayer, mis días de hoy duermen.
El atardecer, sentado en mis rodillas, escurre mi regaza. Galopan mis días, perdidos de ayer, mis días de hoy duermen.
Las nubes lloran piedras.
Qué puedo pedir.
No me hables de amor, deja que expulse hoy mi rencor. Tú fuiste una vez alguien que quise y también odié.
Mírame a mí, mis ojos se van cerrando, se van cerrando.
Dime qué puedo pedir, no tienes, no tienes nada que me haga seguir. Te falta un shu, shu, o un qué sé yo te falta, te falta gracia cuando hablas de amor.
No sé qué decir, tarde o temprano nos iba a ocurrir. Piensa en lo que fue hay un ahora y hay un después.
Entiéndeme, la noche está aclarando, está aclarando.
Dime qué puedo pedir, no tienes, no tienes nada que me haga seguir. Te falta un shu, shu, o un qué sé yo te falta, te falta gracia cuando hablas de amor.
Dime qué puedo pedir, no tienes, no tienes nada que me haga seguir. Te falta un shu, shu, o un qué sé yo te falta, te falta gracia cuando hablas de amor.
Dime qué puedo pedir, no tienes, no tienes nada que me haga seguir. Te falta un shu, shu, o un qué sé yo te falta, te falta gracia cuando hablas de amor. Dime qué puedo pedir, no tienes, no tienes nada que me haga seguir. Te falta un shu, shu, o un qué sé yo te falta, te falta gracia cuando hablas de amor.
Dile al sol.
Hubo una guerra en la antigüedad que separó a un joven y dulce amor, él tuvo que ir al frente a luchar.
Fue una lanza la que atravesó, mil sentimientos y un corazón, él murió de pie, nunca regresó.
Y vuelve a mí y dame tu mano al andar. Y vuelve a mí y mira mis ojos llorar.
Dile al sol que haga volar tu calor aquí a nuestro hogar para que vuelvas a mí.
Ella no olvida aquel frío adiós, se heló su sangre y tembló su voz mientras se alejaba su joven amor.
Cuentan que todas las mañanas va a conversar con un viejo árbol gris, a él le habla de su gran soledad.
Y vuelve a mí y dame tu mano al andar. Y vuelve a mí y mira mis ojos llorar.
Dile al sol que haga volar tu calor aquí a nuestro hogar para que vuelvas a mí.
¿Dónde estás amor? ¿Dónde duermes hoy? Dame el beso aquel que me dijo adiós, me dijo adiós ¡Adiós!
Y vuelve a mí y dame tu mano al andar. Y vuelve a mí y mira mis ojos llorar.
Dile al sol que haga volar tu calor aquí a nuestro hogar para que vuelvas…
Y vuelve a mí y dame tu mano al andar. Y vuelve a mí y mira mis ojos llorar.
Dile al sol que haga volar tu calor aquí a nuestro hogar para que vuelvas a mí.
El libro.
Que distinto parece el mundo al girar, si sonríes sentado en cualquier bar, conversando sobre la eternidad.
Y entender la vida es ahora por fin, despertarme y sólo pensar en ti, un deseo que me anima a seguir.
En el libro que te di, deja secar ese beso junto a ti, y no dejes que el tiempo arrugue las hojas del libro que te di.
Cuánto tiempo el cielo nos dejará que me arropes con besos de dulce sabor, a la puerta, algún día, llamará.
Hoy presiento que el cielo viene a por mí, viene fiero, no quiere vernos reír, es un buitre que tengo que combatir.
En el libro que te di, deja secar ese beso junto a ti, y no dejes que el tiempo arrugue las hojas del libro que te di.
Tanto tiempo escribiendo una historia de amor y es ahora cuando entiendo el dolor, que supone tener que decirte adiós.
Tanto tiempo escribiendo una historia de amor y es ahora cuando entiendo el dolor, que supone tener que decirte adiós.
En el libro que te di, deja secar ese beso junto a ti, y no dejes que el tiempo arrugue las hojas del libro que te di.
La carta.
Te escribo desde el silencio, donde el miedo tiene excusas, donde el tiempo se pierde, donde el odio no cura la bandera que de noche me ahoga.
La oscuridad me inunda, mis fuerzas se pierden, sin nada más que decirte, me despido hasta siempre.
Cuando leas esta carta, no cierres esos ojos que tienen la luz que me falta, que tienen la luz que me falta.
Cuando leas esta carta, no cierres esos ojos que tienen la luz que me falta, que tienen la luz que me falta.
Recuerdos llenan mi espera, cubren todos mis sueños, duermen sobre una piedra, soledad que me ahogas, deja ya de mirarme, dame tu mano.
La oscuridad me inunda, mis fuerzas se pierden, sin nada más que decirte, me despido hasta siempre.
Cuando leas esta carta, no cierres esos ojos que tienen la luz que me falta, que tienen la luz que me falta.
Cuando leas esta carta, no cierres esos ojos que tienen la luz que me falta, que tienen la luz que me falta.
Cuando leas esta carta, no cierres esos ojos que tienen la luz que me falta, que tienen la luz que me falta.
Soñaré.
He soñado siempre con poder volar, desplegar mis brazos y no aterrizar, conociendo otros lugares y verdades más allá. Y sentarme en una nube a descansar, beber de esta libertad y dejarme llevar, lalaralala.
He soñado siempre con poder dormir sobre un lecho de algas y coral, disfrutar de ese silencio que reina siempre allí. Y viajar encima de un delfín, cruzar mares sin parar y nunca llegar al fin, lalaralala.
Como dijo aquel genio: esta vida es un sueño ¡Un sueño! Como dijo aquel genio: esta vida es un sueño y soñaré, ¡Soñaré!
He soñado siempre con poder crear una máquina del tiempo y descubrir el futuro más lejano donde yo no voy a estar. Y volver a ver San Sebastián en el siglo XXVI desde mi nave espacial, lalaralala.
He soñado con que tú puedas soñar, que dibujes en tu mente un lugar donde no haya ni misterios, ni secretos, ni maldad. Y encontrar un día al despertar que ya nada sigue igual, que todo vuelve a empezar, lalaralala.
Como dijo aquel genio: esta vida es un sueño ¡Un sueño! Como dijo aquel genio: esta vida es un sueño y soñaré, ¡Soñaré!
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publicado por
nicolodvg a las 12:31 · 1 Comentario
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Sobre mí |
Nicolas Oreja Rafaelli Van Gogh
Me encanta La Oreja de Van gogh. También me gustan otras bandas como Efecto Mariposa, Belanova, Amaral, La quinta estación, El sueño de Morfeo, Dover, etc... En la televisión me encanta Heroes (lo mejor serie del mundo) y Billy y Mandy... En el cine High school musical (y sus canciones) y El código Da vinci...
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